El fin de las retenciones fue celebrado por los productores que venían de años de rentabilidad negativa, pero también por el sector de la construcción, que mejoró notablemente sus perspectivas de cara a 2016. Sin embargo referentes de los ladrillos estiman que las inversiones y la compra de inmuebles tardarán unos meses en concretarse, ya que tanto la oferta como la demanda están a la espera de que el dólar consolide su nuevo precio.

“Si bien las expectativas son buenas, hasta ahora las medidas adoptadas por el Gobierno no tuvieron un impacto directo sobre el sector. Se prolongó el período de espera y de análisis, y estimamos que esto continuará así durante los próximos meses”, evaluó Ángel Seggiaro, titular de Fundar. Apuntó que este impasse no es privativo de los compradores, sino que también se da entre los constructores.

“La devaluación repercutió en el costo de los materiales, pero como el dólar todavía no encontró un punto de equilibrio, se hace difícil fijar un nuevo esquema de precios”, dijo a punto biz y agregó que si apareciera un gran cliente con intenciones de comprar muchos departamentos tampoco sabrían cuánto les saldría reponerlos. De cualquier modo, ese cliente hoy no está precisamente por este clima de cierta incertidumbre.

“Las obras que están en marcha se continúan sin problemas, y el que necesita la vivienda para vivir avanza en la compra, pero por ahí la constructora que todavía no inició la obra y puede prorrogarla lo hace, lo mismo que el inversor que suele apostar al ladrillo y hoy por ahí elige otra alternativa”, resumió Seggiaro. De cualquier modo consideró que este escenario dubitativo en algún momento encontrará un final, y cuando esto ocurra el sector en Rosario será protagonista. “Estamos en el núcleo sojero, y por eso una vez que todo se acomode acá la construcción repuntará con fuerza”, manifestó.

Un análisis similar hizo Leonardo Beltramone, de Beltramone Jorge Inmobiliaria. “Estamos en una situación parecida a la de 2003, en la que el campo venía golpeado y cuando obtuvo buenos ingresos no los volcó inmediatamente al ladrillo. Primero pagó sus deudas, se acomodó y recién a mediados de 2004 desató un boom inmobiliario”, explicó.

Claro que esta vez el campo viene de una crisis más moderada, por eso estimó que el tiempo de reinversión será menor. “El 2015 no fue malo pero hubo pocos inversores, por eso con lo que ganábamos vendiendo un departamento comprábamos otro. Para 2016 las expectativas son superiores, pero estimo que el mayor movimiento empezará a verse a partir del segundo semestre”, sostuvo.

Fuente: punto biz