Sinergia entre mercado de capitales y sector inmobiliario
08/11/2015
Los que trabajamos en el sector Inmobiliario nos estamos transformando, felizmente, en instrumentos para convertir al ahorro en inversión. A partir de nuestra labor diaria, supimos atraer a muchos agentes económicos que se convencieron que era “negocio” invertir en el sector. Dados niveles razonables de riesgo, como ofrece el mercado en toda época y lugar, no ha sido difícil encontrar a los que vieran al ladrillo como “negocio” en una perspectiva de corto plazo. Celebramos que haya negocios, pero queremos más. Queremos aportar una mirada de mediano y largo plazo, que es la adecuada para analizar el sector inmobiliario.
En efecto, es necesario ir más allá, crear una verdadera industria del real estate. En el sector abunda la capacidad profesional y tecnológica y la vocación para contribuir con ella a la modernización, al desarrollo económico y al progreso social. A menudo, padecemos las consecuencias de una mentalidad cortoplacista extendida nocivamente en buena parte de la sociedad. Por esa mentalidad, el ahorro sistemático y la reinversión metódica, fueron desplazados por la ansiedad y la agitación. Crear una verdadera industria inmobiliaria significa contar con procesos y actividades orientadas a transformar los insumos en productos. Además de los insumos, para su desarrollo, la industria necesita de equipamiento y del factor humano, organizados habitualmente en empresas. Entre esos procesos y actividades que necesita toda industria, resulta fundamental contar con el financiamiento abundante, permanente y de largo plazo que permita su sustentabilidad en el tiempo.
En todo el mundo, los desarrolladores y empresas inmobiliarias recurren al mercado de capitales para financiarse. Por eso, cuando tratamos de imaginar en América Latina el financiamiento de largo plazo a la industria inmobiliaria, consideramos que tenemos que evolucionar hacia ese mercado, primero a través de instrumentos privados y luego a través de lo que se llama la oferta pública, es decir que el mercado inmobiliario tendría que encontrar en el mercado de capitales la forma natural de fondearse.
Estamos convencidos de que hay que dirigir las acciones en una doble dirección: por un lado hacia las empresas y desarrolladores inmobiliarios para que conociendo estos mecanismos recurran más frecuentemente al mercado de capitales a financiarse y por otro lado hacia los inversores (tanto inversores de “a pie” como institucionales), presentando en forma más amigable las diversas operaciones que se pueden realizar con el sector inmobiliario. Esta familiarización con los bienes raíces va a permitir, en el ámbito del mercado de capitales, que exista con mayor frecuencia y en mayor volumen, financiamiento para los emprendimientos inmobiliarios y para las empresas vinculadas al sector y a toda su cadena de valor. Creemos que este objetivo, lejos de ser una utopía podrá convertirse en una realidad palpable en la región. A principios de septiembre, el Grupo Monarca, una de las empresas líderes en el sector inmobiliario, anunció que colocó en una oferta pública el 100 por ciento de la suscripción de la primera serie del Fideicomiso Financiero denominado GRUPO MONARCA I por un total de $ 29.400.000, lo que constituye un verdadero hito en el mercado de capitales local.
El paso dado por la empresa, una antesala a una posible futura salida a la Bolsa, contempla la emisión de $ 150 millones autorizados por la Comisión Nacional de Valores (CNV). En lo que respecta a la estructuración del fideicomiso, Cohen S.A. fue el emisor, fiduciario, custodio y colocador del mismo y Rosental Inversiones el co-colocador. Según informó Grupo Monarca, “la suscripción fue exitosa y la Serie I fue adquirida con una sobredemanda que superó el 23%”, a través recibido 22 ofertas del Valores de Deuda Fiduciaria por un monto total de $ 29.400.000”.
El grupo, dueño en el país de la marca Cristal Lagoon (que construye lagunas artificiales en countries), planean lanzar antes de fin de año dos grandes proyectos que suman 150 hectáreas, uno en Tortugas y otro en Hudson. La empresa, cuenta con más de 450 mil metros cuadrados construidos.
Más allá de las coyunturas y las turbulencias que atraviesa en este momento, nadie puede negar el papel que tiene el mercado de capitales como base de ahorro social, y como fuente de financiamiento de la economía real.
Fuente: elinmobiliario.com
En efecto, es necesario ir más allá, crear una verdadera industria del real estate. En el sector abunda la capacidad profesional y tecnológica y la vocación para contribuir con ella a la modernización, al desarrollo económico y al progreso social. A menudo, padecemos las consecuencias de una mentalidad cortoplacista extendida nocivamente en buena parte de la sociedad. Por esa mentalidad, el ahorro sistemático y la reinversión metódica, fueron desplazados por la ansiedad y la agitación. Crear una verdadera industria inmobiliaria significa contar con procesos y actividades orientadas a transformar los insumos en productos. Además de los insumos, para su desarrollo, la industria necesita de equipamiento y del factor humano, organizados habitualmente en empresas. Entre esos procesos y actividades que necesita toda industria, resulta fundamental contar con el financiamiento abundante, permanente y de largo plazo que permita su sustentabilidad en el tiempo.
En todo el mundo, los desarrolladores y empresas inmobiliarias recurren al mercado de capitales para financiarse. Por eso, cuando tratamos de imaginar en América Latina el financiamiento de largo plazo a la industria inmobiliaria, consideramos que tenemos que evolucionar hacia ese mercado, primero a través de instrumentos privados y luego a través de lo que se llama la oferta pública, es decir que el mercado inmobiliario tendría que encontrar en el mercado de capitales la forma natural de fondearse.
Estamos convencidos de que hay que dirigir las acciones en una doble dirección: por un lado hacia las empresas y desarrolladores inmobiliarios para que conociendo estos mecanismos recurran más frecuentemente al mercado de capitales a financiarse y por otro lado hacia los inversores (tanto inversores de “a pie” como institucionales), presentando en forma más amigable las diversas operaciones que se pueden realizar con el sector inmobiliario. Esta familiarización con los bienes raíces va a permitir, en el ámbito del mercado de capitales, que exista con mayor frecuencia y en mayor volumen, financiamiento para los emprendimientos inmobiliarios y para las empresas vinculadas al sector y a toda su cadena de valor. Creemos que este objetivo, lejos de ser una utopía podrá convertirse en una realidad palpable en la región. A principios de septiembre, el Grupo Monarca, una de las empresas líderes en el sector inmobiliario, anunció que colocó en una oferta pública el 100 por ciento de la suscripción de la primera serie del Fideicomiso Financiero denominado GRUPO MONARCA I por un total de $ 29.400.000, lo que constituye un verdadero hito en el mercado de capitales local.
El paso dado por la empresa, una antesala a una posible futura salida a la Bolsa, contempla la emisión de $ 150 millones autorizados por la Comisión Nacional de Valores (CNV). En lo que respecta a la estructuración del fideicomiso, Cohen S.A. fue el emisor, fiduciario, custodio y colocador del mismo y Rosental Inversiones el co-colocador. Según informó Grupo Monarca, “la suscripción fue exitosa y la Serie I fue adquirida con una sobredemanda que superó el 23%”, a través recibido 22 ofertas del Valores de Deuda Fiduciaria por un monto total de $ 29.400.000”.
El grupo, dueño en el país de la marca Cristal Lagoon (que construye lagunas artificiales en countries), planean lanzar antes de fin de año dos grandes proyectos que suman 150 hectáreas, uno en Tortugas y otro en Hudson. La empresa, cuenta con más de 450 mil metros cuadrados construidos.
Más allá de las coyunturas y las turbulencias que atraviesa en este momento, nadie puede negar el papel que tiene el mercado de capitales como base de ahorro social, y como fuente de financiamiento de la economía real.
Fuente: elinmobiliario.com
