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Dólar y mercado inmobiliario, entre dificultades y oportunidades

13/09/2015



Está clarísimo que el crecimiento del precio del dólar alienta elucubraciones de devaluación y no ayuda al mercado inmobiliario. Históricamente, los momentos de “pax cambiaria” han sido los más favorables para las operaciones inmobiliarias que las coyunturas como la actual, en la que asistimos a un encarecimiento de las condiciones generales de la economía. Pero también es cierto que, precisamente en los peores momentos muchos valoran la solidez del ladrillo. El desplome de la Bolsa, deja en evidencia la volatilidad de los mercados financieros frente al mercado inmobiliario que es mucho más estable. El precio doméstico de la divisa se multiplicó por 4 desde la puesta en vigencia del cepo cambiario; sin embargo, los inmuebles siguen tendiendo similares niveles de precios medidos en moneda estadounidense. Esto demuestra su capacidad de servir como reserva de valor.

¿Cómo han respondido los emprendimientos al costo? La demanda sigue firme ya que cuando la gente piensa en proteger su dinero piensa en el activo alternativo. Y si no se puede ir al dólar, entonces va a los bienes que, a largo plazo, se mueven junto con él. El ladrillo es uno de ellos. Muchos de los que hoy siguen ingresando en emprendimientos al costo, es porque tienen pesos y desean aplicarlos en una inversión distinta de plazos fijos u otros instrumentos en moneda local. Se estima que unos $ 320.000 millones de pesos se encuentran en Depósitos a Plazo Fijo (más de 20.000 millones de dólares), gran parte de ese flujo de dinero se está canalizando hoy al mercado inmobiliario. Por otro lado, hoy es relativamente más barato construir en dólares y muchos desarrolladores están encarando proyectos con fondos propios, con el objeto de tener oferta en 2016/2017, cuando el mercado cambie.

En momentos de incertidumbre política y financiera los temas económicos adquieren suma relevancia para todos aquellos que poseen un patrimonio, bienes y ahorros suficientes como para estar preocupados por ellos.

El fantasma de la inflación se viene corporizando y es el problema de fondo. Los argentinos conocemos bien el efecto erosionante que esto produce en capitales ahorrados, ya sea que se encuentren ociosos, o bien afectados a inversiones tradicionales como los plazos fijos, cuyas rentas no compensan el impuesto inflacionario que se produce cuando uno sincera las variables económicas intencionalmente dibujadas.

El problema de fondo sigue siendo la inflación. Hay que atacar el tema de fondo, sin dudas que ése será mejor método para correr a los ahorristas de las casas de cambio, al asegurarles que la moneda nacional seguirá conservando su valor y poder de compra.

Fuente: elinmobiliario.com

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