En abril de 2013, y después de casi 15 años de gerenciar el tradicional hotel de la zona de Plaza San Martín, en Retiro, la cadena de Estados Unidos Marriott dejó el establecimiento que había sido fundado en 1909, época previa a los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo.
De este modo, el grupo norteamericano se fue de la Argentina, país al cual ahora quiere regresar. De hecho, ya se encuentran analizando diversas alternativas y conversando con potenciales inversores con el objetivo de abrir un Marriott en la Ciudad de Buenos Aires.
Es que su salida del Plaza no fue por elección sino que formó parte de una operación de venta del establecimiento que, tras la operación, pasó a llamarse Plaza Hotel y comenzó a ser operado por la familia Sutton. El mismo grupo propietario del Alvear Palace Hotel, las Galerías Pacífico, y del 50% del Llao Llao de Bariloche, mientras que el otro 50% está en manos de IRSA.
Los Sutton pagaron $ 280 millones a los anteriores accionistas del hotel que pertenecían o eran descendientes de la familia Tornquist y Shaw, para quedarse con el 99% del emblemático edificio de Florida al 1000.
Esta operación también significó que la cadena Marriott quitara su bandera del tradicional establecimiento alguna vez consagrado como uno de los más clásicos de Buenos Aires, y dejara de operarlo comercialmente y de tenerlo en el book de sus hoteles alrededor del mundo.
Para este grupo norteamericano no fue una operación más. Habían ingresado al país en 1995 y no tenían intenciones de irse. Pero, como los propietarios del hotel tenían la potestad de elegir, se quedaron afuera del negocio y el gerenciamiento pasó a manos del Grupo Sutton.
Igualmente, como Marriott aun tenía un contrato para continuar, en el mercado se sostuvo que los Sutton debieron indemnizar a Marriott con u$s 5 millones para correrlo del día a día de las actividades de un hotel en el cual se hospedaron grandes figuras internacionales como el general Charles De Gaulle en 1964, o Arturo Toscanini, Enrico Caruso, Maria Callas, Edith Piaf y Alain Delon, entre tantos otros.
Argentina representa para nosotros una ausencia que no nos podemos permitir porque nuestros clientes preguntan siempre si tenemos un Marriott en el país, sostuvo Craig Smith, presidente de Marriott International para América latina y el Caribe. Durante un break en las jornadas SAHIC 2014 que se llevaron a cabo la semana pasada en la ciudad ecuatoriana de Quito, el ejecutivo reconoció las intenciones de la cadena de regresar a la Argentina.
Tenemos que encontrar un hotel en ese país, dijo el ejecutivo, cuyo Marriott Quito fue anfitrión de la convención organizada por la empresa que preside el argentino Arturo García Rosa. No creo que hoy, con el nuevo nombre, al hotel actual las cifras le vayan muy bien, sostuvo a modo de crítica al gerenciamiento que actualmente lleva a cabo el Grupo Sutton, que también se dedica al negocio de la perfumería con fragancias como Crandall, Pibes, Paco, Coqueterías, Mujercitas, Colbert, Kevin y Ciel, entre otras.
En el momento del cierre del deal de venta, el Alvear tenía un 50% de ocupación y el Plaza un porcentaje un poco mayor, con precios de habitaciones cercanos a los u$s 200 diarios.
Los Sutton también están por abrir este año, o por lo menos ese era el plan inicial, un Alvear Hotel & Residences, en Puerto Madero, con u$s 75 millones de inversión, 146 habitaciones y residencias. A esto le deberían sumar otro Alvear Tower, de 190 unidades residenciales, en el Dique 2, que tendría que estar listo en 2016.
Buenos Aires es una capital fuerte para el turismo de la región y es en la única donde no estamos. No podemos darnos ese lujo, mas allá de que la situación del país sea complicada. El negocio hotelero es a largo plazo, y nuestros clientes nos reclaman tener un Marriott en la capital argentina, agregó Smith. Admitió también que el proyecto se complementa con la búsqueda de un socio local y anticipó que se encuentran dialogando con varios, desde con los actuales dueños del Plaza, hasta con otros grupos mas que se quieren asociar a esta propuesta.
Fuente:
El Cronista