Mientras el negocio del fideicomiso supo traccionar fuerte al mercado inmobiliario durante los últimos años, el escenario del sector parece cambiar y lo que antes era una inversión segura, ya no tienta a todo el mundo. Es que según los empresarios con más experiencia en esta rama de la construcción aseguran que la rentabilidad no es lo que era, por lo que en la foto quedaron sólo los grandes jugadores.
En un contexto donde los costos de la construcción han sido impulsados por la inflación, se observa que la tendencia del boom del fideicomiso, que supo ser foco de inversiones inmobiliaria, ya no atrae a cualquier empresario. “Hay menos lanzamientos de estos desarrollos, pero entendemos que esto es saludable, años atrás la tasa de rentabilidad que daba emprender bajo esa modalidad era enorme, pero debido a que esos márgenes se han ido achicando, se ha reducido también la cantidad de interesados”, explicó Marcelo Gustafsson, presidente de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario CEIR.
“Estamos, estuvimos y estaremos”, disparó Ángel Seggiaro al ser consultado por punto biz sobre el escenario actual del negocio del Fideicomiso. Es que el miembro de la Asociación de Empresarios de la Vivienda – AEV – institución con 40 años de historia en la región, explicó que las empresas tradicionales de la construcción se mantienen firmes en el segmento.
“Nosotros no aparecemos cuando es negocio construir y desaparecemos cuando deja de ser negocio, somos especialistas en seguir construyendo en todos los escenarios y eso es lo que sostiene verdaderamente el clima de la construcción, el 11% de empleo real y en blanco”, agregó Seggiaro.
Los actores del fideicomiso que hoy desaparecen del escenario se sumaron en un contexto específico donde la rentabilidad de la construcción estaba por encima de otros segmentos económicos. “Quién puede armar una constructora de cero cuando de repente es negocio construir, no es posible, por eso tuvieron un auge cuando las diferencias entre el costo y la ganancia eran enormes”, sumó Marcelo Passardi, titular de la AEV.
Ahora que esas diferencias se acercan más a los promedios de la década, las desarrolladoras y constructoras tradicionales son quienes cuentan con el know how para ser eficientes, con la estructura y la experiencia suficiente para absorber los costos y mantenerse bajo precios competitivos.
En el momento de picos de rentabilidad, el fideicomiso atrajo a empresarios de todos los sectores con la promesa de un negocio seguro. Si bien han sabido mantener esos desarrollos hasta el final y aún no se ha detenido ninguna construcción, Gustafsson asegura que “es una suerte que no haya pasado nada, ya que no eran personas idóneas para esos desarrollos y se pudo cometer muchos errores”.
Fuente: puntobiz